Estefanía Ferrer, ingeniera química por la Universidad de Sevilla, trabajó más de una década en Airbus antes de lanzarse al vacío: crear su propia línea cosmética. Durante el confinamiento, comenzó a formular productos en casa con una premisa clara: unir rigor técnico, ciencia aplicada y amor por la dermocosmética.“Durante el confinamiento no encontraba mi producto ideal… ahí fue donde la ingeniería jugó un papel clave. LICO es, en esencia, ingeniería cosmética”, explica Ferr